miércoles, 20 de marzo de 2013

Revista Sinécdoque | Convocatoria para artículos académicos, ensayos, poesías, cuentos y reseñas para próximos números 4 y 5


Revista Sinécdoque | Convocatoria para artículos académicos, ensayos, poesías, cuentos y reseñas para próximos números 4 y 5

A partir del día de la fecha y hasta el 15 de abril recibiremos artículos académicos, ensayos, cuentos y poesías para participar de los números 4 y 5 de nuestra revista. Con tres números editados desde mediados de 2011, Sinécdoque es impulsada por un colectivo editorial integrado por estudiantes e investigadores de la Carrera de Ciencias de la Comunicación que proponen generar un espacio propicio para la enunciación, el debate y el intercambio de ideas y reflexiones acerca ese “campo” en el que participamos.

Para quienes estén interesades en participar de los próximos dos números de la Revista pueden enviar sus textos (articulo académico, ensayos, cuentos y poesías) a revistasinecdoque@gmail.com con el asunto “Convocatoria Sinécdoque 2013”. Los textos deberán ir adjuntos al mail -no pegados en el cuerpo del mismo- en formato Word (.doc), preferentemente.

En el blog pueden encontrar las condiciones para la presentación de los artículos y ensayos: http://cor.to/manualdeestilo . También recibimos Cartas o artículos en respuesta o debate con los artículos que fueran publicados en los números anteriores (ver http://cor.to/cartasN1 ).

Fecha límite para la recepción de textos es el 15 de abril de 2013.

La revista cuenta con el registro de ISSN correspondiente.

Les pedimos que reenvíen esta convocatoria a quienes crean puedean estar interesades.
Y no duden en escribirnos ante cualquier duda o consulta.

SNÉDQE
Revista Sinécdoque
Mail: revistasinecdoque@gmail.com
G+: http://cor.to/revsinecdoqueG

jueves, 7 de marzo de 2013

Revista Sinécdoque N°3 - "Navidad con los Fernández" (escribe Santiago Mazzuchini)

Navidad con los Fernández
Escribe Santiago Mazzuchini

Mamá está sentada en la mesa. Su mano izquierda juega revolviendo el maní con chocolate que puso en el plato hondo. Tiene la mano derecha hundida en la cara y con el codo desliza poco a poco el mantel color verde, tipo arbolito de navidad. Yo tengo miedo de que se vaya todo a la mierda, las copas largas, el vitel toné, el matambre, el vino tinto, todo arrastrado por el mantel. Desde la muerte de papá, nunca había puesto una mesa así, tan recargada de comida. Le digo que quizá Fernández se retrasó, pregunto si quiere que lo llame, “no, no creo que venga”. Mi mamá es de esas personas que habla con fuerza. Cuando grita o tiene ganas de decir algo, uno siente como si estuviera frente a un parlante con AC/DC sonando. Pero ahora está apagada, aunque el tipo hace rato que no viene por casa. Papá siempre decía, esta mierda de la navidad sirve para que uno se acuerde de todos los que no aparecieron durante el año, incluso de los que te garcaron. 
Son las diez de la noche, el ruido de los cohetes se confunde con los tiros, agarro los platos para empezar a comer. Arrancamos por el matambre. Me sirvo vino, a mi mamá le doy agua para que tome su pastilla. Suena el timbre, me levanto. Es Fernández, le grito a mi vieja desde la cocina. Apenas vuelvo al comedor, veo que sale despedida de la silla, se acomoda la pollera larga floreada, se pone los zapatos negros con medio taco que tenía tirados bajo la mesa y se estira un poco la remerita de manga corta. Me dice que quiere ir al baño a arreglarse. Yo no quiero abrirle a Fernández. Le digo por el portero que espere, que ya baja mamá. Tomo un trago de vino y me siento a esperar. No pasan más de tres minutos, mamá por el pasillo corriendo, vuelve sobre sus pasos y agarra las llaves de la mesita de vidrio que está entre los sillones y la mesa principal.
Escucho el ruido de la puerta del ascensor. Las voces se acercan, se oye una tercera voz. Lleno mi segunda copa de vino y tomo aliento para recibir al desconocido. Ruido de llaves. Aparece mamá, atrás lo veo a Fernández, con un traje blanco ridículo, parece Don Johnson en División Miami. El tercero, es en realidad una tercera. La veo y casi se me cae la copa. Verónica, con un vestido azul hermoso, pegado al cuerpo. Siempre me gustó su pelo lacio, oscuro y brilloso. Me mira con sus ojos color miel, no puedo evitar levantarme a saludarla. Don Johnson se me interpone y me da la mano, me mira fijo, como si supiera todo lo que pienso de su hija. Vero me abraza y mira de reojo a su papá, que ya está sentado sirviéndose vino mientras charla con mamá. Me da un beso, casi en la comisura de los labios, como ese día que salimos por primera y única vez. Fernández le clava la mirada, ella se dirige hacia él y se sienta a su lado. Comienzan a hablarse al oído.
Voy al baño a mojarme la cara, el vino empezó a pegarme un poco. La cara frente al espejo, me veo medio ojeroso. Pienso en la mirada de Fernández cuando me saludó, empiezo a creer que quizá se enteró que salí con su hija. En ese caso yo sería el culpable de que no viniera más a casa, y de que casi no venga hoy. Pobre mamá, que malo que soy, justo a la hija de Fernández. Seguramente el tipo discutió con Vero, quizá lo supo todo el tiempo y explotó hoy y de ahí que hayan tardado tanto en venir. Puede que ella lo haya acompañado por miedo a que me haga algo. Decido dejar de maquinar y me mojo la cara y el pelo.
Vuelvo a la mesa, Vero me mira y sonríe. Mamá parece una nena que ya abrió el regalo de navidad y le dieron lo que pidió. Fernández se prende un toscano, clava los ojos en su hija, luego me mira. Parece un faro que va y viene. Yo no sé de qué disfrazarme, de Papa Noel, sí claro. Me iría a repartir regalos, pero no con renos sino con mi Renault. Esos chistes de papá, en situaciones incómodas siempre me vienen a la cabeza. 
Se hicieron las doce y brindamos. Abrazo con Vero, quizá por un encuentro más este año. Se lo digo al oído y se ríe. Mamá me agarra los dos cachetes, como si tuviera doce años. Me da dos besos, uno en cada mejilla. Fernández me abraza y me da unas palmadas, el acto de falsedad más grande de la noche. Como en todos los brindis de navidad, siempre hay que saludar a algún pelotudo. 





miércoles, 6 de marzo de 2013

Revista Sinécdoque N°3 - "Imaginar cuerpos azules: de cyborgs, avatars y alter-egos en Pandora" (Escriben Ariana Atala y Gino Cingolani)

Cyborgs/avatares/cuerpo

Imaginar cuerpos azules: 
de cyborgs, avatars y alter-egos en Pandora
Escriben Ariana Atala y Gino Cingolani


Un cuerpo azul salta desde el suelo hasta la copa de un árbol en una selva alienígena, un humano sobre una máquina militar lo enfrenta torpemente pero con fuerza, destruyendo con cada movimiento toda la vegetación que lo rodea.
Esta escena, este instante, condensa las dos representaciones de intervenciones técnicas sobre el cuerpo que pone en juego el film Avatar. No se trata ya del clásico encuentro entre un Otro extraterrestre y un puro humano. En esta película los dos conceptos se mezclan.
Los cuerpos humanos están potenciados tecnológicamente para adaptarse y destruir un planeta diferente a la Tierra y en las filas de los Otros podemos encontrar humanos infiltrados en cuerpos-alien, avatares.
¿Qué pone en juego cada imaginario en estas representaciones? ¿Cómo la técnica atraviesa ambas concepciones de un modo diferente pero desde la misma matriz científico-racional?
Estas son las dos formas que toma la concepción dualista extrema del film en el que el espíritu/alma/ego es algo que puede materialmente ser extraído e insertado en distintos cuerpos/organismos/sistemas. Inmediatamente nos preguntamos por qué. La respuesta, en principio, es simple, como en la mayoría de las películas y los conflictos sociales: por dinero, por riqueza. Pero por qué los bienintencionados científicos acceden a esto remite a una respuesta más incómoda que nos recuerda la idea de automaticidad de aplicación del filosofo alemán Hans Jonas (Jonas, 1997): porque sí, porque se puede.
Estamos frente a dos vertientes de cuerpos tecnificados al servicio de una empresa colonial: el cuerpo extendido militarista, violento y conquistador;  y el cuerpo avatar antropólogo, diseñado para ser un semejante a los Na´vi (aprender sus costumbres, conocerlos y poder negociar).

Avatar

UNO

El término sánscrito cjtf® avatāra significa “el que desciende”. En el hinduismo se utiliza para referirse a encarnaciones de Dios o a maestros muy influyentes de otras religiones, especialmente los adherentes a tradiciones dhármicas cuando tratan de explicar personajes como Cristo.

DOS 

Jake Sullivan es un marine norteamericano paralítico sin proyectos personales que depende de una silla de ruedas para desplazarse.
Tiene un hermano gemelo científico  al que le fue diseñado genéticamente un cuerpo na´vi para hacer una investigación en el planeta Pandora. Este programa se ve interrumpido por la muerte repentina del científico y Jake es la única alternativa para tomar control del cuerpo na´vi por tener la misma cadena genética. El desarrollo genético de los cuerpos es un proceso lento y muy costoso y la misión debe ser llevada a cabo con celeridad.
El ADN de Sullivan se convierte en un destino del que debe hacerse cargo. Como explicara Habermas en un texto breve sobre el tema, nuestros fundamentos genéticos constituyen nuestra igualdad esencial como especie (Habermas, 2000). Ninguna persona tiene derecho a disponer de lo fundamental que hace a la libertad de otra. Entonces, la diferencia problemática entre un gemelo y un clon no es la semejanza absoluta de las partes surgidas de una célula, sino la usurpación y subyugación.
¿Qué es lo que ocurre con Jake? Debido a la importancia del programa científico, especialmente de los agentes que lo llevan a cabo, mega corporaciones y el Estado norteamericano, no hay lugar para muchas decisiones. Su libertad se ve acotada, está relegado casi al lugar de un clon, porque lo importa es lo idéntico de su bagaje genético  y no su subjetividad. Su cadena genética lo ata a la obligación de terminar el contrato firmado por su hermano.

TRES

Ahora todo está al revés, el sueño parece real y este es el sueño.
Jake Sullivan

Un cuerpo vacío, diseñado in vitro para ser exactamente igual a una especie alienígena pero con genoma humano, espera a quien sea su piloto. Es sólo carne moldeada, tan real como artificial, sin sujeto interno. Es un otro-cuerpo para un uno-sujeto.

Es el dualismo total. El enlace (link) entre ambos cuerpos se hace desde la cabeza, entre el fin de la columna vertebral y el comienzo del cráneo, entre la médula espinal y el cerebelo, pero no hay sustancia que fluya, lo que pasa es eso esencial que no es cuerpo y es ser.
Este avatar es la metáfora que lleva al extremo la concepción contemporánea del cuerpo como alter-ego que bien ha sabido observar el antropólogo David Le Breton (Le Breton, 2002). Estamos frente a un nuevo dualismo en el que el cuerpo ya no es un destino al que uno se abandona sino un objeto que se moldea a gusto. Ejercitado, adelgazado, tonificado, exfoliado, suavizado, botoxeado, siliconado, relajado, masajeado, estirado, el cuerpo se subordina  a la voluntad. El cuerpo se construye (body-building)
Es un doble, un clon perfecto, un alter-ego. Un avatar como alter ego.
Si lo pensamos en términos de una sociedad contemporánea que tiene como mandato el ejercicio físico para hacer frente a las miles de horas de inmovilidad que conlleva el trabajo intelectual, la metáfora cobra fuerza. A ese cuerpo inmovilizado, discapacitado, con piernas pero inútiles, se le ofrece un otro cuerpo, un alter ego en movimiento que corre, nada y trepa.

CUATRO

En el proceso de adaptación de Jake a su avatar, el film hace pensar en la idea lebretoniana del cuerpo que se vuelve espejo, un otro de uno mismo con el que es posible cohabitar fraternal y placenteramente.
También vemos concretamente cómo el cuerpo es el lugar de la identidad del hombre, porque modifica su relación con el mundo. El propio cuerpo es el que vive en el que encarna la acción. La vida es vida y no sueño allí donde está y siente el cuerpo, donde acciona. El suceso contemporáneo que Le Breton marca como paso del cuerpo objeto al cuerpo sujeto, cuando el cuerpo muta y toma el lugar de la persona, puede verse de un modo simplificado pero muy gráfico en el momento en que el marine Jake Sullivan pasa a sentirse jakesully, nombre dado por los Na’vi, persona completa al mismo tiempo que espejo.

CINCO

Cuando Jake Sully se convierte en jakesully una de las habilidades que más difícil le resulta dominar es la conexión con los animales y con el entorno de Pandora. Los Na´vi tienen una relación complementaria y no instrumental con sus animales. Si bien les sirven como extensión orgánica que les permite moverse rápidamente y volar, los animales no tienen un status inferior a los Na´vi, de hecho, se celebra una ceremonia por la cual el jinete y el animal se eligen mutuamente y se conectan  por medio de una especie de trenza-extensión del sistema nervioso.

SEIS

Demonios, fantasmas, sonámbulos, alienígenas.
Los Na´vi miran con sospecha a estos “demonios en cuerpos falsos”. El origen de la palabra Avatar es “alguien que desciende”, que concuerda con el nombre que los Na´vi le dan a los humanos: “Gente del Cielo”. Es curioso que desde lo etimológico el sentido sea inverso, se trata de entidades divinas, no malignas. Ese significado sí es coherente con la idea que los propios especialistas tienen de su propia labor: crean vida porque tienen la facultad de hacerlo; creen y quieren conocer, proteger y salvar.
Es llamativo cómo a diferencia de otras representaciones dualistas en filmes fantásticos o de ciencia ficción como Matrix, si el cuerpo del avatar muere, no muere ni el “espíritu” ni el primer cuerpo del poseedor. Otra coincidencia para los amantes de la etimología: un dios encarnado tampoco muere si muere su avatar en la Tierra. A Cristo crucificado se lo llora porque al ser cuerpo-carne sufre, pero con el consuelo de que es en definitiva Dios que trasciende ese terrenal cuerpo.

SIETE

Los avatares que vemos luchar en defensa de Pandora codo a codo con los Na´vi son tan artificiales como las naves que los atacan desde el cielo. Son creados y no nacidos, son engendro científico financiado por la misma compañía que invade. 
Arrepentidos a último momento o engañados en sus buenas intenciones, la representación heroica y bonachona de Grace y su equipo aún nos deja indagar: ¿Acaso no sabían que eran parte activa de esa misión colonial? ¿No fueron ellos quienes sirvieron en bandeja todo el conocimiento necesario para poder invadir los lugares sagrados que los Na’vi les confiaron?
Yendo más allá, ¿es que la ciencia no se piensa a sí misma? ¿Intervenir y conocer, para qué? 
La respuesta nos hace pensar, como señalaría Le Breton, en el narcisismo de la ciencia como efecto de un poder. Más aun, a la técnica científica se le niega el beneficio de la separación entre posesión y ejercicio de un poder (Jonas, 1997). El equipo de Grace no contempló la opción de decir no. 

Los cuerpos militares. 
Cyborgs y movimientos indiciales.

A diferencia de los científicos (con la excepción de Jake Sully) los militares cumplen otra función en Pandora. No tienen el afán de conocer, de investigar o de negociar. El objetivo es claro: extraer recursos naturales del planeta, sea como sea. Aunque eso implique destruir el símbolo sagrado de la civilización Na´vi, el árbol-casa, que está emplazado sobre un yacimiento de metal superconductor denominado unobtanium (no-obtenible). Aquí se muestra una diferencia clave en la visión de la naturaleza por parte de los dos equipos que comandan la operación: mientras que los científicos tratan de entender, los militares tienen una visión profundamente instrumental de la naturaleza, ésta se convierte en un medio y no en un fin.
La misión y la visión militarista se representa claramente en el tipo de imaginario de cuerpo tecnificado que encarnan. Cuerpos humanos potenciados en su fuerza y su resistencia por la maquinaria tecnológica. A diferencia, por ejemplo, de cyborgs como los retratados por Donna Haraway en su “Manifiesto Cyborg”, aquellos seres libertarios y postgénericos que por medio de la técnica se revelaban contra su pasado militarista y patriarcal (Haraway, 1985), los militares norteamericanos usan a la técnica como un elemento que no-puede-fallar. Mientras que subordinar sus mentes a un cuerpo extraño puede ser peligroso (la sublevación de Jake Sullivan lo demuestra) ellos deciden extender su cuerpo. Hacer de su cuerpo una visión de futuro lineal: “igual pero mejorado”. Los movimientos son indiciales y los comandos que utilizan para controlar(se) también. En vez de utilizar palancas y botones que faciliten los movimientos, los militares usan unas máquinas que requieren de fuerza física para ser operadas. Mover un brazo implica mover el brazo de una máquina con mucha más potencia que su cuerpo orgánico. Mover una pierna supone un esfuerzo menor que estar caminando sobre el suelo, con la ventaja de que la extensión técnica no sufre la fatiga. Jake Sullivan nunca podría haber operado uno de estos aparatos. Su condición cyborg empieza y termina con su silla de ruedas, luego de eso, sólo le queda encarnar un avatar.
Los militares y en particular el comandante Miles Quaritch hacen culto de su cuerpo entrenándolo fuertemente mientras no están en el campo de batalla, pero cuando salen a combatir, confían plenamente en la técnica y tienen a su cuerpo orgánico de respaldo ante cualquier dificultad con la maquinaria.

De ficciones y realidades

Se trata, al fin, de dos representaciones que corresponden a un imaginario ficcional sobre las posibilidades reales que plantea la intervención técnica de los cuerpos. Una de ellas, heredera de la tradición de otros apéndices mecánicos (bastón, silla de ruedas, prótesis) encuentra su correlato en el paradigma foucaultiano de normalización-medicalización. Las prótesis suplen desventajas relativas y absolutas con los otros de tu especie o en este caso, de otra especie. La otra, heredera de la discusión ética y científica acerca de modificaciones sobre el genoma humano, se presenta como más actual y ambigua. Se es hombre y se es cuerpo. El dualismo se presenta de manera radical, pero, ¿puede el ser-cuerpo modificar nuestra ontología, nuestra constitución como hombres? ¿Qué tanto modificó el pensar del marine Jake Sullivan el sentir sus pies de vuelta, el saltar alto, el sentirse parte de una comunidad en igualdad de condiciones para decidir dejar su antiguo cuerpo (aun a costa del peligro que eso conlleva) y convertirse en jakesully?


Bibliografía
JONAS, Hans (1997): Técnica, medicina y ética. Buenos Aires: Paidós.
HABERMAS, Jürgen (2000): La constelación posnacional. Barcelona: Paidós
LE BRETON, David (2002): Antropología del cuerpo y modernidad. Buenos Aires: Editorial Nueva Visión.
HARAWAY, Donna (1991): Cyborg Manifesto: Science, Technology, and Socialist-Feminism in the Late Twentieth Century. Simians, Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature. New York: Routledge.





martes, 5 de marzo de 2013

Revista Sinécdoque N°3 - Número completo en PDF

Revista Sinécdoque N°3 - Poesía: Aguas (Bienes públicos) - Escribe Ariana Atala



AGUAS 
(BIENES PÚBLICOS)

Escribe Ariana Atala



1 - 
Los mares territoriales
(...)


2 - 
Los mares interiores, 
bahías,  
ensenadas,
puertos
y ancladeros;


3 - 
Los ríos,
sus cauces, 
las demás aguas
que corren por cauces
naturales 


y toda otra agua 
que tenga o adquiera
la aptitud de satisfacer 
usos de interés general, 

comprendiéndose 
las aguas subterráneas,

sin perjuicio
del ejercicio regular 
del derecho del propietario
del fundo de extraer 
las aguas subterráneas 

en la medida de su interés  y con sujeción a la reglamentación; 


4 -
Las playas del mar
y las riberas internas de los ríos, 
entendiéndose  por  tales
la extensión de tierra 
que las aguas bañan o desocupan
durante las altas mareas normales 
o las crecidas medias ordinarias;


5 -
Los lagos navegables y sus lechos;


6 -
Las islas formadas 
o que se formen 
en el mar territorial 
o en toda clase de río,
o en los lagos navegables,

cuando ellas no pertenezcan a particulares;

7 -
Las calles,
plazas, 
caminos, 
canales,
puentes 
y cualquier otra obra pública construida 

para utilidad o comodidad común; 

8 -
Los documentos oficiales de los poderes del Estado;


9 -
Las ruinas
y yacimientos arqueológicos 
y paleontológicos 
de interés científico.


Notas
1. Art. 2340 Codigo Civil Argentino.