lunes, 21 de noviembre de 2011

Revista Sinécdoque Nº2 | Editorial: "Soltar las amarras"

Revista Sinécdoque
Número 2
Octubre-Diciembre 2011



    Editorial                    .

soltar las amarras
Cada lucha es una pregunta. Y cada pregunta, funda un territorio. Todos los puntos que marcan estas luchas en la extensa cartografía se conectan por afinidad o antagonismo, por proximidad o lejanía. No hay forma de escindir nuestra experiencia vital de las tensiones del tiempo histórico en el que transcurrimos.
Este número de Sinécdoque es también un mapa: como tal, da cuenta de una manera arbitraria - no por ello injustificada o azarosa, sino en realidad selectiva- de debates, polémicas, tensiones de nuestra coyuntura. Es desatar desde claves muy distintas (un cuento, una poesía, un artículo académico, un ensayo) complejos entramados que son siempre “políticos”, aunque lo que reconozcamos por ese adjetivo sea en realidad un verbo, una acción.
Insistimos en una búsqueda que iniciamos en el número 1 de esta Revista y apuntamos a su profundización: hablar de lo que nuestros cuerpos, nuestras prácticas y nuestros deseos comunican. Hablar, también, de lo que se vehiculiza. Relatos, significaciones, lenguajes. No siempre de manera consciente, pero siempre de manera efectiva. Hay un elemento a considerar para desarrollar estos debates y es la geopolítica del conocimiento que opera en nosotres y nuestras agendas, en nuestras currículas, en nuestro lenguaje.
Si nos remontamos a su origen etimológico, podríamos afirmar que la utopía es precisamente el Utopos, el no lugar. Y sin embargo, en este número, proponemos hacer una apuesta totalmente inversa. Proponemos empezar a pensar la utopía como el lugar múltiple de la resistencias. Viajar en el espacio y el tiempo, entre las experiencias y las prácticas de esos cuerpos situados en esas diferentes locaciones, y obtener de ellos aquello que los auna en las distancias, y aún en su desconocimiento mutuo: las luchas. Y si dijimos que cada lucha es una pregunta, entonces proponemos en este número preguntarnos: ¿Qué ecos, reminiscencias, persistencias hay entre aquel diciembre de 2001 argentino del cual en pocas semanas se cumple una decáda y el movimiento de los indignados, del 15M español? ¿Qué hay de igual y de distinto en aquella Plaza de Mayo, y en esta Plaza del Sol? ¿Qué lugar ocupa en nuestras agendas académicas y políticas el femicidio o la lesbofobia? ¿Por qué mueren esas mujeres?¿Y dónde están los argumentos todavía necesarios para saldar la deuda de la legalización del aborto que tiene está “democracia”? ¿Qué nos dice el Estado sobre sí mismo al negarles el derecho a decidir sobre sus cuerpos a las mujeres? ¿Sobre que configuraciones imaginarias sociales se apoya? ¿Qué puede hacer el arte con el conflicto? ¿Qué puede el conflicto hacer con el arte? En definitiva, la pregunta que reside debajo ¿contra qué y cómo se resiste? Rodolfo Walsh dijo alguna vez que las paredes son las imprentas de los pueblos. Hoy esas paredes gritan “aborto legal, seguro y gratuito”, se preguntan “¿dónde está julio lopez?”, nos enseñan que “la lesbofobia mata” y nos recuerdan que “natalia gaitán (está) presente”. Nos educan y nos exigen: “no es una crisis, es una estafa”, “que se vayan todos”, “democracia real ya”, “si votar sirviera para algo, estaría prohibido”. Las paredes y las plazas nos gritan, nos interpelan. Este número de Sinécdoque quiere escuchar esos gritos y pensar qué y cómo significan.
Es tiempo de reconfigurar nuestra experiencia para disputar el sentido de lo dado. Para ir abriendo el mundo-otro que queremos habitar. Crear otros mundos posibles es resistir en el hoy, en el presente. Crear es resistir. Crear es sacudir lo que nos es entregado como una verdad inalterable. Y la creación es, siempre y ontológicamente, colectiva. No hay posibilidad de una creación pura, distanciada o por fuera de su tiempo histórico. Se trata entonces de abrir la revista a los encuentros y las polémicas entre quienes analizamos lo que pasa en nuestro entorno, entre quienes lo están modificando con sus prácticas -que a veces pueden ser les mismes-.
Si estamos frente a un mapa, delimitando los territorios de las escrituras, las luchas, los encuentros, llegó el tiempo de soltar las amarras y navegar.


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